Fotografía de: Nacho Castellanos

“Nuestras maletas maltrechas estaban apiladas en la acera nuevamente; teníamos mucho por recorrer. Pero no importaba, el camino es la vida”.         Jack Kerouac

El cambio suele ser fuente de miedos, de incertidumbres, de desasosiegos, es inherente al ser humano. De manera atávica, tendemos  a guarecernos en la seguridad que nos presta el cobijo conocido, en la doctrina aprendida y casi nunca cuestionada, en lo que nos hace sentir cómodos.

Sin embargo, fuera de esa inercia proteccionista, es necesario aflorar que, por naturaleza, es motor, abre el camino de la oportunidad, activa nuestros instintos y capacidades, canaliza nuestro talento e imaginación para diseñar las respuestas a los retos y, sobre todo, nos da la oportunidad de mejorarnos y mejorar nuestro entorno.

El cambio es causa y efecto en si mismo, y es en esa dualidad en la que debemos surfear, hayamos sido los generadores   o meros espectadores en la creación de esa ola metamórfica. Aprovechemos su energía y permanezcamos en su cresta hasta que deje de impulsarnos y busquemos la siguiente  cuando esta ya no nos ofrezca la emoción o los retos suficientes.

Toda esta reflexión sirva como preámbulo en la presentación de este ilusionante proyecto que ahora, orgullosos, mostramos. Navegantes expertos, acostumbrados a capear las mas duras tormentas y a navegar con calma chicha, con una dilatada experiencia en las múltiples disciplinas que conllevan crear, capitanear y hacer funcionar  los proyectos, los departamentos y las empresas.

Como equipo, como amigos, como socios, complementamos nuestros humildes talentos de manera armónica para ofrecer y compartir nuestras vivencias de manera generosa.

Esta aventura parte de una loca idea gestada, con el mar en calma,  en las estivales noches del sur, con el cielo estrellado como techo y el sonido de guitarras como banda sonora, entre risas, profundas reflexiones e ideas locas aliñadas con exquisitos manjares. Sintiéndonos jóvenes y temerarios bajo un frugal disfraz de canas y cicatrices brindábamos por los días venideros y por los mares del Sur.

Y ahora que el destino nos ha dado este nuevo impulso queremos compartir nuestra experiencia con cualquiera que se atreva a asomarse con nosotros a ese horizonte de sucesos que delimita la transformación y que nos hará caer en esa emocionante vorágine que implica esta ya diseñada evolución.

Apoyándonos en la referencia cinéfila del título del artículo, el futuro se presenta prometedor, y esa “nueva esperanza” brilla en el horizonte como guía y como objetivo…

…recoged las maletas y levantad las miradas, sin duda, hacia allá vamos.

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